Mitos, leyendas y folclore del mundo...

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Si hay algo que resulta llamativo de la conquista y colonización española, es el proceso de dominación cultural que los colonizadores ejercieron a su llegada a lo que hoy llamamos América, más allá de lo que corresponde a la denominada leyenda negra y que no voy a abarcar en este episodio, es innegable el hecho de que a su llegada los españoles establecieron un proceso de destrucción cultural, profundo y generalizado, enfocado sobre todo en eliminar los rastros paganos de las religiones nativas que fueron encontrando a lo largo del continente americano, así como, en imponer el cristianismo a los pobladores del Nuevo Mundo.

Es cierto que también este evento de destrucción cultural, no fue el único en la historia de la humanidad, solo como ejemplos podemos mencionar: la destrucción de la civilización etrusca por parte de los romanos, muchos siglos antes, o la asimilación cultural practicada por los ingleses en Australia sobre las tribus aborígenes, hasta bien entrado el siglo XX.

Miremos como lo miremos, el final de la historia es el mismo, las culturas originarias de cada zona, sufrieron la erradicación de sus formas de vida y creencias, y la imposición de otras nuevas, ya sea en nombre de la religión, el progreso o la civilización.

Para el pueblo Quiché de Guatemala, la historia no fue diferente. Herederos de la cultura maya, tras la llegada de los españoles, sus costumbres y creencias se fueron occidentalizando de manera sistemática.

Algo llamativo de esta población, es el hecho de que, de alguna manera, a lo largo del siglo XVI lograron preservar sus tradiciones orales en un medio escrito, uno de estos textos, fue el Popol Vuh, un libro interesante que incluye varios relatos significativos.

Está claro que cuando los españoles llegaron a esta región, no miraron con buenos ojos, muchas de las costumbres de los pueblos mesoamericanos, adoradores de la muerte y de deidades que se asemejaban a muchos de los “demonios” que habitaban el infierno cristiano, y por ello, se propusieron eliminar todos los elementos que recordarán a la fé pagana que existía en este territorio, de hecho, con excepción del Popol Vuh, tuvieron éxito en destruirlos todos, el cual no se hubiera preservado de no ser por Fray Francisco Ximénez de Quesada.

De la vida del dominico Fray Ximénez de Quesada antes de su llegada al Nuevo Mundo conocemos poco, en 1688 llegó a tierras americanas, y continuó con su servicio religioso en dos pueblos de Guatemala, en este tiempo aprendió el kaqchikel, la lengua nativa Quiché, que todavía está en uso en la actualidad.

Conocer la lengua nativa de la zona, era una práctica común entre los misioneros en esa época, después de todo, ¿cómo puedes evangelizar a un grupo de paganos si no eres capaz de hablar con ellos?

A pesar de los intentos oficiales de suprimir todas las creencias de los nativos, Fray Ximénez debió sentirse conmovido por algo.

Tal vez fue simpatía con los pobladores de los que había aprendido el kaqchikel; tal vez una inclinación hacia la conservación de la cultura tradicional; tal vez para inculcar en sus compañeros españoles la necesidad de cristianizar a los pobres, tristes y paganos quiché.

Tal vez una combinación de las tres razones…

Sea cual fuera el motivo, no destruyó, al menos de manera inmediata, la copia del Popol Vuh que tenía, sino que la transcribió y la tradujo al español. Esta versión presente en el primer tomo de su obra, Historia de la provincia de San Vicente de Chiapas y Guatemala, es la única versión obtenida desde la fuente, al menos dentro de lo que sabemos, que se encuentra actualmente a nuestra disposición.

Y aunque han surgido muchas críticas al texto presentado por Ximénez de Quesada, por la traducción y las influencias cristianas incluidas en los textos, el Popol Vuh, nos da una idea de la cosmovisión que los mayas tenían del mundo que los rodeaba.

Una de las historias incluidas en el Popol Vuh es aquella que narra el viaje de Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú al inframundo maya, un viaje lleno de seres llamativos, y retos interesantes, un viaje, en el que hoy te invito a realizar, adéntrate en las profundidades de Xibalbá.

Bienvenido a Mitos y más un podcast sobre mitología universal en el que repasamos diversos mitos, leyendas e historias provenientes de diversas culturas, algunas muy conocidas, otras poco extendidas, pero todas con alguna lección importante que podemos aprender.

Para empezar te debo comentar que Xibalbá, cuyo nombre significa el “lugar oculto”, era considerado como un lugar tangible y un inframundo inmaterial, las dos cosas a la vez. Un sitio complejo de interpretar, porque quienes hemos sido educados en una visión occidental mundo, lo relacionamos más con la visión que tenemos del infierno y por ende lo asociamos con el concepto judeocristiano del mismo: un lugar de castigo tras la muerte.

Pero Xibalbá, aunque es un inframundo, y como tal es un lugar tenebroso, lleno de muertos y en el que algunos de ellos pueden cumplir un castigo, no debe ser considerado como un lugar en el que se purguen los pecados. De hecho, la idea de “pecado” no tiene un equivalente claro en la cultura maya.

Los señores de Xibalbá

Así que tras hacer esta breve aclaración, te presentaré a los anfitriones que te acompañarán en esta tierra, doce señores que gobiernan sobre las demás criaturas que habitan este mundo, doce señores representados de manera dual, cada uno con una contraparte asociada, una idea que se repite a lo largo de la mitología maya.

Los dos principales señores de este inframundo y los primeros que debes conocer son Hun-Camé y Vucub-Camé, considerados como los jueces supremos de Xibalbá, tenían como misión fundamental, repartir los cargos y poderes al resto de los señores. El significado de sus nombres es uno-muerte y siete-muerte.

Los siguientes señores que debes conocer son Xiquiripat y Cuchumaquic, señores de los derrames y las enfermedades sanguíneas. Sus nombres se traducirían más o menos como, costra voladora y sangre recogida. Con base en sus nombres puedes entender cuáles sus poderes; provocar hemorragias y males relacionados con la sangre. Además, si lo piensas, el Recolector de Sangre se puede relacionar con los hematomas o moretones y la Costra Voladora con las heridas que no sanan, lo que claramente nos permite saber que estas deidades son una explicación a los fenómenos que provocaban la muerte en los pobladores mayas.

Ahora debes conocer a otra pareja de señores, Ahalpuh y Ahalganá. Cuyos nombres significan, ell que labra las materias, específicamente el pus, o materia infectada, y el que lleva la ictericia o el color amarillo de la piel. En Popol Vuh se explica que estos señores provocaban hinchazón en los hombres, haciéndoles brotar pus de sus piernas y tiñendo de amarillo su cara.

Continúan el Señor Chimiabac y el Señor Chamiaholom, alguaciles de Xibalbá, los reconocerás porque llevan una vara de hueso como muestra de su posición, y su función era enflaquecer a los humanos hasta volverlos hueso y calavera. Su función corresponde a la putrefacción de la carne, y a una manera de explicar como el cuerpo muerto termina siendo solo un esqueleto.

Ahalmez y Ahaltocob continúan nuestra lista de señores de Xibalba. Su oficio causar desgracias y problemas en la puerta o el patio de las casas, se dice que sus víctimas son encontradas tendidas, boca arriba, sobre el suelo. Sus nombres podrían significar El Señor de las Inmundicias y el Causante de Miseria y estaban asociados con los eventos desafortunados en el hogar.

Xic y Patán son los últimos señores de Xibalba y se dice que su ocupación consistíamos en causar la muerte en los caminos. El Popol Vuh describe la muerte provocada por estos seres como “repentina subiéndoles la sangre a la boca hasta que morían vomitándola. El empleo de cada uno de estos señores era oprimirles la garganta y el pecho para que los hombres murieran en los caminos, haciéndoles llegar súbitamente la sangre a la garganta cuando caminaban”. Sus nombres en ala y vigilante.

El viaje hacia Xibalbá

Ya que hemos conocido a los doce tenebrosos señores de Xibalba, podemos conocer algunas ubicaciones geográficas clave de este inframundo.

En primer lugar, debemos entender que Xibalba está vinculado con la superficie terrenal, los mayas creían que este inframundo se ubicaba bajo la tierra, así que tras descender lo primero a lo que tendrás que sortear es una serie de ríos.

En primer lugar, encontraremos un río furioso, flanqueado por estacas y espinos, que pican casi como si el agua estuviera llena de feroces escorpiones. Tras superar este río, tenemos un río de sangre, y tras pasar el río lleno de líquido color carmesí, llegamos al río de pus. De nuevo encontramos en este trayecto, así como en los señores, dos elementos claramente relacionados con la muerte y las principales dolencias que enfrentaban los pobladores del inframundo maya.

Tras atravesar los ríos, llegamos a la encrucijada, elemento que juega un papel en varias historias de diversos inframundos, esta encrucijada en particular cuenta con cuatro caminos: negro, rojo, blanco y verde. De todos ellos solo uno lleva hacia Xibalba, ten cuidado con lo que eliges, aunque puede que el camino correcto te dé una pista hablándote.

Tras recorrer este camino llegarás a Xibalbá, un lugar donde el brillo del sol es tenue, pero que cuenta con enormes jardines, palacios, templos, y las casas del tormento, sitios diseñados para el dolor, en el que aquellos que son retados por los señores del inframundo deben pasar duros tormentos.

Las casas de los tormentos

La casas que podemos conocer, aunque no quisieras estar en ninguna de ellas, son las siguientes:

La Casa de la Oscuridad, quien no le ha tenido miedo a un sitio oscuro alguna vez, es quizá uno de los temores universales más extendidos, y esta casa juega con eso, solo que aquí la oscuridad está representada por tinieblas perpetuas que amenazan con absorber todo tu ser.

La Casa del Frío, un páramo congelado con vientos feroces que cortan como cuchillas, y donde si no tienes un abrigo adecuado puede morir congelado.

La Casa del Jaguar, un edificio repleto de estos animales, que los maya relacionaban con diversas deidades y con algunos poderes de la naturaleza, además de que según la tradición maya los jaguares eran tremendamente peligrosos. Los jaguares son también animales de costumbres nocturnas y se creía que podían viajar entre el inframundo y el mundo terrenal.

Luego sigue La Casa de los Murciélagos, nuevamente vinculada con otro animal nocturno, que vive en cavernas en la profundidad de la tierra, en donde los mayas ubicaban los accesos al inframundo, además se asociaban con algunas enfermedades.

Has sobrevivido al frío, a los jaguares y a los murciélagos, si piensas que eso es todo, pues estás equivocado, es el turno de la Casa de las Navajas, en esta casa, cuchillas de pedernal y obsidiana vuelan buscando herir a quien se encuentran en su camino, mientras chocan unas con otras creando un terrible y macabro sonido, que hace aún más tétrico el ambiente de esta casa.

Bueno, has pasado por varios retos, puedes disfrutar de la sauna, la Casa de Fuego, un lugar lleno de llamas abrasadoras terribles cuya finalidad en calcinar a quien pase una noche en su interior.

La sala del consejo

Si has logrado pasar por todas estas casas, felicitaciones, los has conseguido, ahora puedes llegar frente a los mismísimos dioses de la muerte, los señores de Xibalba, en la Sala del Consejo.

En este sitio encontrarás a las 12 deidades que conocimos anteriormente, pero no solo estaban ellos, sino que también encontraras varios maniquíes similares a los dioses. Se espera que tú un simple mortal, seas capaz de reconocer a los verdaderos dioses y te sientes ante ellos, si accidentalmente escoges una de sus réplicas, el asiento que se te otorgará te asará vivo y los Dioses se burlarán de tu locura mortal.

Como habrás notado, este tipo de inframundo, pudo ser utilizado fácilmente por los conquistadores españoles para demonizar a los mayas y sus descendientes como salvajes y brutales paganos.

Pero…

¿Acaso para los mayas el exterminio de sus creencias no podría ser visto como algo pagano y brutal también?.

Fuentes consultadas:

  • Popol Wuj Facsímil digital del manuscrito original en Quiché, Español e Inglés disponible en línea por medio de la Universidad de Ohio en https://library.osu.edu/projects/popolwuj/
  • Recinos, A. (1971). Popol Vuh. Las antiguas historias del Quiché. Fondo de cultura económica.
  • Krickeberg, W. (1971). Mitos y leyendas de los aztecas, incas, mayas y muiscas.
  • Lenkersdorf, G. (2003). El Popol Vuh: algunas consideraciones históricas. Estudios de cultura maya, 47-60.
  • Archivos Historia. Xibalba el inframundo maya. Disponible en Línea en https://archivoshistoria.com/xibalba-el-inframundo-maya/
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