Mitos, leyendas y folclore del mundo...

Algunas personas tienen encuentros ocasionales con fuerzas espectrales y almas perdidas, encuentros que a menudo se desvanecen con la salida del sol. En algunos casos, sin embargo, los fantasmas nunca desaparecen. Este fue el caso de Sarah Winchester, que dio como resultado él colosal monumento que construyó para apaciguar a los espíritus furiosos que la perseguían.

Bienvenidos a Mitos y más, un espacio en el que navegamos por diversos mitos, leyendas y folklore del mundo.

Este es un podcast donde cuento historias que han dado forma a las culturas de todo el mundo. Algunas son historias increíblemente populares que crees que conoces, pero con orígenes sorprendentes. Algunas son historias que probablemente no has oído, pero que realmente deberías escuchar.

Sarah Winchester era una hermosa dama de Nueva Inglaterra, y se casó como tal. Su marido, era el heredero de una gran fortuna, un afortunado que lastimosamente estaba cubierta de sangre, su nombre era William Winchester, y su padre, Oliver, había hecho literalmente una fortuna en la industria de las armas. Los rifles Winchester son tan estadounidenses como el pastel de manzana y el genocidio... y para Sarah, el rastro de sangre no se detenía en su puerta.

Sarah perdió todo excepto el dinero. Su hija murió en la infancia, y su marido falleció de tuberculosis justo después de heredar la fortuna de su padre. En su aflicción, se dirigió a médiums, personas que dicen comunicarse con los difuntos. A través de este proceso, se convenció de que necesitaba construir espacios sagrados para albergar a los espíritus enojados de todas las almas cuyas vidas fueron cortadas por las armas que su suegro había producido.

Esto resultaría ser una aventura para toda la vida.

La casa, que comenzó como una morada casi humilde, terminaría siendo una mansión gigantesca y extensa. Una casa con habitaciones sin puerta, y puertas sin habitación. Escaleras que terminaban como un cuadro de M.C.Escher, y con la excepción de una "habitación azul" central, donde Sarah guardaba su tabla Ouija, no había ninguna habitación que visitar en dos días consecutivos. Y así Sara se quedó, y construyó durante 38 años.

Si las historias son ciertas, el trabajo continuó las 24 horas del día. los 7 días de la semana, durante 38 años.

Todo esto, sólo para albergar a los fantasmas enfadados.

Si te encuentras en un campo de batalla, en cualquier lugar, pregúntate....

¿Cuántas habitaciones tendré que construir para albergar a estos fantasmas?

La respuesta de Sarah sería: 161 habitaciones, de las cuales 40 dormitorios, 2 salones de baile (uno terminado y otro sin terminar) y 47 chimeneas, más de 10.000 vidrios, 2 sótanos y 3 ascensores.

¡Después de eso no debes temer a los fantasmas!

Si te ha gustado esta leyenda, te esperamos en la próxima entrega. No olvides compartir esto con tus amigos, síguenos en nuestras redes sociales, Mitos y Más en Facebook y @mitosymas en Twitter. Soy David García y espero que este podcast haya sido de tu agrado. Gracias por escucharnos.

Esto es Mito y Más, un viaje alrededor de los diversos mitos y leyendas del mundo.

Fuentes consultadas

  1. Ignoffo, Mary Jo. Captive of the Labyrinth: Sarah L. Winchester, Heiress to the Rifle Fortune. University of Missouri Press, 2010.
  2. Ignoffo, Mary Jo. Captive of the Labyrinth: Sarah L. Winchester, Heiress to the Rifle Fortune. University of Missouri Press, 2010.
  3. House, Winchester Mystery, and Sales Rep. "Winchester Mystery House." (1997).
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